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“¡Una jarra de sangría, jefe!”. Es altísimamente probable que hayas escuchado esta frase en diversos bares y tascas de nuestro país, pues la sangría es la bebida alcohólica española más famosa internacionalmente. Se sirve bien fría y para muchos/as es sinónimo de alegría por el ambiente festivo en el que suele tomarse y porque se trata de una bebida de mesa muy alejada de las etiquetas o protocolos.
¿Cómo hacer sangría?
Hecha a base de vino tinto (cuanto más bueno, mejor será el resultado), fruta natural troceada (no excesivamente madura y cortada a trozos un poco grandes), azúcar (mejor diluido en forma de almíbar) y algún licor, tendrás que tener cuidado con que se te suba a la cabeza… ¡porque no imaginas lo bien que sienta! Refrescante, especiada y un poco dulzona, la sangría es una bendición durante los meses de verano. Tanto es así, que en esta época la encontrarás en cualquier rincón de nuestra geografía. El secreto está en la calidad de los ingredientes y en su maceración, que tendrá que hacerse con calma y paciencia para que los sabores se fundan bien.
Denominación “Sangría”
Estos últimos días, y tras dos años de negociaciones, la Unión Europea ha dado el uso exclusivo de la denominación “sangría” a esta bebida aromatizada producida en España y Portugal. A partir de este momento, la sangría sí es “typical spanish” 100%. Otros países podrán producirla, pero no podrá ser comercializada bajo esta nomenclatura.
Te invitamos a tomarte una pequeña dosis de alegría en forma de sangría (mucho mejor si se toma en buena compañía, y recuerda siempre tener cuidado y moderación con la cantidad de alcohol.