Alboraya, situada a tan solo unos minutos de Valencia, es una joya escondida que combina la tranquilidad de un pueblo tradicional con la cercanía a la vibrante capital. Famosa por su deliciosa horchata, esta localidad ofrece mucho más que su mundialmente conocido manjar. Playas doradas, paisajes rurales y monumentos históricos la convierten en un destino ideal para quienes buscan disfrutar de una experiencia auténtica y relajada en la Comunidad Valenciana. Si te preguntas qué ver en Alboraya, aquí te presentamos los cinco lugares imprescindibles para conocer la esencia de este encantador municipio.
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Un recorrido por Alboraya no estaría completo sin una visita a su famosa huerta. Este espacio agrícola que rodea el pueblo es uno de los pocos ejemplos de huerta valenciana que aún se conservan. Con sus campos de chufas, de las que se elabora la tradicional horchata, es un lugar ideal para pasear en bicicleta o a pie, disfrutando de un paisaje verde y fértil. Muchas fincas ofrecen visitas guiadas donde puedes conocer de cerca el proceso de cultivo de la chufa y degustar productos frescos de la tierra.
La playa de la Patacona es la prolongación natural de la conocida playa de la Malvarrosa, pero con un ambiente más tranquilo y familiar. Sus extensas arenas doradas y sus limpias aguas mediterráneas la convierten en un lugar perfecto para disfrutar de un día de sol y mar. Además, el paseo marítimo está lleno de restaurantes y chiringuitos donde puedes degustar tanto paellas como, por supuesto, la famosa horchata con fartons. Es ideal para quienes buscan un día relajante sin salir del entorno urbano.
Ubicada en el centro histórico de Alboraya, esta iglesia es uno de los monumentos más representativos del pueblo. Construida en el siglo XVII en estilo barroco, su fachada y su interior sorprenden por la belleza de sus detalles. En su interior destaca un impresionante retablo, además de la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Alboraya. El templo también es punto de encuentro en las festividades locales, como las fiestas patronales en agosto, cuando se celebran procesiones y eventos tradicionales.
Conocido como la "Pequeña Venecia", Port Saplaya es un puerto deportivo rodeado de pintorescos edificios de colores que se reflejan en el agua, creando una estampa de postal. Es un lugar ideal para pasear, tanto de día como al atardecer, cuando la luz dorada del sol baña las fachadas de los edificios. Además, aquí encontrarás una amplia oferta de bares y restaurantes donde disfrutar de la gastronomía local. Port Saplaya también cuenta con una playa tranquila y agradable, perfecta para pasar una tarde relajada.
Para los amantes de la historia y la gastronomía, el Museo de la Horchata y la Chufa es una visita obligada. Este museo, ubicado en una finca tradicional, narra la historia de este refresco típico valenciano y su ingrediente estrella, la chufa. A través de una interesante exposición, podrás descubrir el proceso de cultivo y producción, así como el impacto cultural de la horchata en la región. La visita culmina, cómo no, con una degustación de horchata fresca, lo que lo convierte en una experiencia deliciosa y educativa.